Hoy he decidido hablar de aquellos que no pueden ser
escuchados, de todas esas formas de vida, que no tienen voz, que no pueden
manifestar su malestar, su pesar su dolor. Hoy hablo por todos esos niños que
son maltratados, golpeados, abusados, muchas veces por sus mismos padres, por
las personas que “deberían amarlos” con todas sus fuerzas, con todo su ser.
Esta semana y la anterior he leído noticias muy tristes de
bebés maltratados, golpeados, mutilados, heridos y lo más triste es que quienes
les infringen tal dolor son sus propias madres, sus padres, los hieren para
darles gusto a sus nuevas parejas o para presionar a sus padres a que vuelvan
con ellas, y los lastiman tanto que al ver esos vídeos no puedo evitar llorar, sobre todo por el rostro del niño o niña en cuestión, que busca en los brazos de esas madres el amor que no están recibiendo, que lloran de desesperación, de dolor, que lloran sin que nadie pueda ayudarlos.
Hablo por aquellas mujeres golpeadas, abusadas, violadas, separadas de sus familias, engañadas con promesas de amor, utilizadas como objetos que solo satisfacen gente enferma que busca llenar sus vacíos, hablo por las mujeres engañadas que sufren el desamor el desprecio de quienes les juraron amor eterno.
Hablo por aquellos ancianos, nuestros viejos que sufren el maltrato y abandono de una familia, que no tienen para comer, que no tiene para sus medicamentos, que lloran la ausencia de quien más aman, de aquellos hijos o nietos que ellos tanto esperan, que muchas ocasiones, esperan detrás de una ventana, y nunca ven regresar a esos seres queridos. Hablo por esos ancianos que piden limosnas en la calle, que mendigan un poco de pan, que se dejan muchas ocasiones morir, y mueren solos, tristes y muy heridos, y sus heridas son del corazón son heridas que no las cura una medicina.
Hablo por aquellos hombres que dan todo esperando solo amor, cariño de las mujeres crueles que ven en ellos unas minas de oro, hablo por esos hombres que te ayudan dando todo de sí, que dan la vida por hijos que no son de ellos, pero que aman como si lo fueran.
Hoy hablo por aquellos animales que son heridos por bromas, por juegos, hablo en contra de aquellas personas que pintan animales con pinturas de aceite y que les parece gracioso, que amarran a sus animales, los ahorcan, los dejan sin comer, los golpean cuando hacen lo que están predestinados a hacer, proteger. Hablo por esos animales que son atropellados, ojo, nosotros tenemos conciencia de los peligros, los animales no, nosotros sabemos que el semáforo cambia e identificamos cuando debemos avanzar, los animales no. Hablo por toda forma de vida animal, los gatos, los peces, las aves, los insectos que forman parte importante de nuestro ecosistema y que poco a poco vamos matando.
Me duelen las noticias de especies en peligro de extinción, de ecosistemas que mueren que se van, hablo por todos ellos.
Me duele todo lo que he escrito, pero lo que más me duele es la indiferencia de la gente, que graban esos vídeos y no hacen nada, que sacan esas fotos y no denuncian, me duele porque vemos sufrir a esa gente y no somos capaces de hacer nada, y sin querer al no hacer nada nos hacemos cómplices de la maldad de otros, hay una frase de Mahatma Gandhi que dice: "Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buen" y así, los que no hacemos esas atrocidades, callamos y dejamos que siga pasando.
Hoy elevo mi voz y me comprometo a no dejar pasar más estas situaciones a ser la voz de aquellos que describo, de no ser parte del silencio de la gente buena y tu ¿Qué vas a hacer?
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