Hace poco tiempo tuve la oportunidad de platicar con una mujer que desafortunadamente estaba pasando por una crisis matrimonial pero sobre todo personal. Ella me contó que hacía poco tiempo había descubierto que el hombre de su vida, su gran amor, el hombre con quien ella decidió pasar el resto de su vida, el padre de sus hijos, la había engañado.
Ella me comentó con lágrimas en los ojos que meses atrás su hija había descubierto que su padre estaba saliendo con una mujer de la misma colonia. La situación económica de la familia no iba bien, aunque el padre trabajaba como siempre el dinero dejo de rendir, no había para la comida o el pasaje de los hijos, a pesar de que el trabajo del papá le obligaba a salir continuamente de la cuidad, las pocas veces que estaba en casa salia mucho, aparentemente estaba buscando un nuevo y mejor trabajo.
El papá se empezó a interesar mucho en el uso de las tecnologías en crear cuentas en una y otra red social, y a estar al pendiente de ellas, pero al ser nuevo en estas tecnologías no sabía como mandar imágenes o cómo abrir y cerrar sesiones, sobre todo cuando la única computadora que había en casa "Todos" la utilizaban. El papá recurría constantemente a su hija, y aunque no quería que viera lo que el hacía una de tantas veces dejo su sesión abierta y un mensaje entró era de "esa mujer" le dijo; "Me sentí muy a gusto contigo, mil gracias por mi regalo" ¿Mi regalo? ¿A gusto contigo? ¿Cuándo? Ella no pudo ocultar su enojo y enfrento al padre quien le dijo de manera muy directa "No se te ocurra decirle a tu mamá, si ella se entera y nos divorciamos va a ser tu culpa" ¿Mi culpa? ella le contesto, si no la dejas si le voy a contar, sin más palabras a la hija le había quedado claro que su padre tenía otra relación. Ella guardo silencio pero en su cabeza esas palabras tan atroces daba miles de vueltas, ella cumplió su palabra pero él no, el siguió viendo a la otra mujer.
Poco a poco se volvió más cínico, faltaba más a casa, llegaba siempre tarde, cada vez tenía menos dinero, la mamá pesé a que siempre lo vio como el mejor hombre del mundo empezó a notar sus acciones tan diferentes, tan radicales, empezó a notar sus ausencias y empezó a fijarse más en él, en lo que hacía, puso más atención en su ropa cuando regresaba, y empezó a percibir un aroma común, un perfume de mujer. La esposa empezó a hacer cuentas, ¿cómo era posible que si ganaba lo mismo, ahora hacía falta mucho más dinero?
Un día decidió seguirlo, no fue muy lejos, él salió de la casa "para buscar otro empleo" ella pensó que cómo le haría para seguirlo en el transporte, lo siguió a la parada pero él no abordó el transporte, siguió caminando, ¿a dónde iba? no camino mucho para su sorpresa, ella de manera muy cautelosa lo seguía con mucho cuidado para que él no se diera cuenta, a pocas calles de su casa, él se detuvo, toco una puerta y una mujer lo recibió con un gran abrazo que lo acompañó con un beso, ¡EN LA BOCA!
Sintió que el cielo se le caía en los hombros, el amor de su vida besaba a otra mujer, ¡Como la besaba a ella!, a pesar de que quería correr para reclamar a ambos su traición, no pudo, sus piernas no le respondían se quedo afuera de la casa, ella me dijo que no supo cuanto tiempo paso, en su cabeza recordaba toda su vida al lado de ese hombre, llevaban 20 años juntos, recordó cada cumpleaños de los niños, recordó el primer día que lo vio, su primer beso, el nacimiento de su primer hijo, sus aniversarios, recordó cuanto esfuerzo les había costado a ambos construir su casa, las veces que él había estado enfermo y que ella con mucho amor lo había cuidado. Ella me dijo que no supo cuanto tiempo paso, para ella, se había detenido el tiempo. Pensó y lloró, durante todo el tiempo que estuvo afuera de la casa de su rival, de esa mujer que le había quitado el amor, que le había quitado la ilusión de amar.
De repente la puerta se abrió, él salia ¡FELIZ! ella lo abrazaba y besaba, y él ¡LE CORRESPONDÍA! con tanto gusto, con tanta fuerza. Cuando salió ella se acercó y él la miro helado, ella solo comenzó a caminar hacía su casa él iba atrás de ella, le decía algo pero ella no lo oía, no le entendía.
Finalmente llegaron y hablaron por horas, dijo miles de excusas del porque tenía otra relación, de cómo se había dado todo, pero en ningún momento dijo que la dejaría, él dijo que ella también era importante ¡También! ella lloró por horas hasta que se quedo dormida. Después de ese día las cosas empeoraron, él empezó a salir más y a no llegar, se empezó a interesar más en la "otra" que en sus hijos, y esposa, empezó a desinteresarse por su familia, de tal forma que la señora en cuestión se empezó a sentir como la amante y ¡ella era la esposa! "comenzó a sentirse sucia" cada que él llegaba a casa ella quería que se fuera, era feo sentir que ella recibía las sobras de aquel gran amor que sintió por él. Ella sentía asco al besarle, al abrazarlo, sentía tanta repulsión al estar junto a él, ella decía que se sentía usada, sentía que la colonia entera se burlaba de ella, se sentía estúpida por recibir las migajas de su gran amor, de esperar a que él llegará sabiendo que venía de otra cama de otro hogar.
Ella me dijo con mucha tristeza que su amor se volvió odio y me dijo con mucha nostalgia ¡No se en que momento hacer algo malo, en mi vida se volvió algo común! Antes era raro que el faltará a casa, ahora es común y él lo ve muy bien y me hace sentir que debo aceptarlo, que debo creer que eso es bueno, que es normal, pero ¿es normal que su esposo la engañe? ¿Que yo lo sepa? ¿Qué me quede con él a pesar de todo? ¿Que sea ahora yo la amante? ¿Que soporte estar con mi marido cuando regresa de estar con otra? ¿Que puedo hacer? ¿Dejó a mi esposo? o ¿Dejo a mis hijos sin padre?
Lamentablemente, le dije, yo no tengo esa respuesta, lo único que le puedo decir es que lo deje, que no enseñe a sus hijas a ser mujeres que acepten esa vida, que no se deje usar por un hombre que le importo un comino su familia y que ahora se encuentra feliz con otra mujer, que deje a ese hombre que la hace sentir sucia, a ese hombre que tiro a la borda todos esos años de matrimonio, no tenga miedo de estar sola, la soledad se quita, pero nunca debe perder su dignidad, solo puedo decirle que aunque ahora todo duele, esto la hará una mujer muy fuerte y será un ejemplo para sus hijas. Sin embargo, al fin y al cabo, usted va a tomar una decisión, y sea cual sea usted debe estar contenta con esa decisión, debe estar conforme, pero independientemente de la decisión que tome, considere que sus hijas la ven y que ellas aprenden de usted, piense usted que les quiere enseñar a sus hijas, quiere que ellas aprendan a "Hacer de lo malo algo común" algo normal o quiere que ellas aprendan a ser mujeres fuertes dignas del respeto de los demás.
A veces la vida, las personas, las circunstancias nos llevan a lugares que no imaginábamos que podríamos estar, pero esta en ti decidir si haces lo que todos hacen o haces lo que esta bien. No hagamos de lo malo, algo común.
De repente la puerta se abrió, él salia ¡FELIZ! ella lo abrazaba y besaba, y él ¡LE CORRESPONDÍA! con tanto gusto, con tanta fuerza. Cuando salió ella se acercó y él la miro helado, ella solo comenzó a caminar hacía su casa él iba atrás de ella, le decía algo pero ella no lo oía, no le entendía.
Finalmente llegaron y hablaron por horas, dijo miles de excusas del porque tenía otra relación, de cómo se había dado todo, pero en ningún momento dijo que la dejaría, él dijo que ella también era importante ¡También! ella lloró por horas hasta que se quedo dormida. Después de ese día las cosas empeoraron, él empezó a salir más y a no llegar, se empezó a interesar más en la "otra" que en sus hijos, y esposa, empezó a desinteresarse por su familia, de tal forma que la señora en cuestión se empezó a sentir como la amante y ¡ella era la esposa! "comenzó a sentirse sucia" cada que él llegaba a casa ella quería que se fuera, era feo sentir que ella recibía las sobras de aquel gran amor que sintió por él. Ella sentía asco al besarle, al abrazarlo, sentía tanta repulsión al estar junto a él, ella decía que se sentía usada, sentía que la colonia entera se burlaba de ella, se sentía estúpida por recibir las migajas de su gran amor, de esperar a que él llegará sabiendo que venía de otra cama de otro hogar.
Ella me dijo con mucha tristeza que su amor se volvió odio y me dijo con mucha nostalgia ¡No se en que momento hacer algo malo, en mi vida se volvió algo común! Antes era raro que el faltará a casa, ahora es común y él lo ve muy bien y me hace sentir que debo aceptarlo, que debo creer que eso es bueno, que es normal, pero ¿es normal que su esposo la engañe? ¿Que yo lo sepa? ¿Qué me quede con él a pesar de todo? ¿Que sea ahora yo la amante? ¿Que soporte estar con mi marido cuando regresa de estar con otra? ¿Que puedo hacer? ¿Dejó a mi esposo? o ¿Dejo a mis hijos sin padre?
Lamentablemente, le dije, yo no tengo esa respuesta, lo único que le puedo decir es que lo deje, que no enseñe a sus hijas a ser mujeres que acepten esa vida, que no se deje usar por un hombre que le importo un comino su familia y que ahora se encuentra feliz con otra mujer, que deje a ese hombre que la hace sentir sucia, a ese hombre que tiro a la borda todos esos años de matrimonio, no tenga miedo de estar sola, la soledad se quita, pero nunca debe perder su dignidad, solo puedo decirle que aunque ahora todo duele, esto la hará una mujer muy fuerte y será un ejemplo para sus hijas. Sin embargo, al fin y al cabo, usted va a tomar una decisión, y sea cual sea usted debe estar contenta con esa decisión, debe estar conforme, pero independientemente de la decisión que tome, considere que sus hijas la ven y que ellas aprenden de usted, piense usted que les quiere enseñar a sus hijas, quiere que ellas aprendan a "Hacer de lo malo algo común" algo normal o quiere que ellas aprendan a ser mujeres fuertes dignas del respeto de los demás.
A veces la vida, las personas, las circunstancias nos llevan a lugares que no imaginábamos que podríamos estar, pero esta en ti decidir si haces lo que todos hacen o haces lo que esta bien. No hagamos de lo malo, algo común.
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