Creo que lo más cruel que puede vivir una persona es ver a quien amas sufrir.
Hace ya casi tres años que mi mamá comenzó a enfermar, ella no había sido la mujer más sana del mundo sin embargo una característica o cualidad que siempre vi en mi mamá era la fuerza que mi mamá tenía. Cuando ella comenzó a enfermar tenía a penas 53 años, era una mujer relativamente joven.
Recuerdo que antes del proceso de enfermedad que le llevó a la tumba, a ella la habían internado en otros momentos de la vida, pero desde el mes de enero de 2016 las visitas al doctor y al hospital fueron más constante y cada vez más prolongadas.
Las primeras veces que estuvo internada, en su rostro se alcanzaba a ver una rayo de esperanza, de esperanza de que se pondría mejor, de que ella saldría de ese hospital y estaría bien. Pero la última ves que la llevamos al hospital, en sus ojos ya no había esperanza, creo que dejo de creer.
Ella dejo de comer, primero pensé que era solo porque estaba triste, pensé que si ella sentía mi amor y apoyo incondicional ella comería, ella se pondría bien, pero no fue así. Con el tiempo, en lugar de mejorar ella fue perdiendo fuerza, fue perdiendo el apetito y ánimo, pero sobre todo perdió la esperanza de ponerse bien.
Ella comenzó a depender de los médicos para vivir y de nosotros para hacer cosas básicas, como comer e ir al baño. el último mes de su vida lo vivió en un hospital, recuerdo que alguna vez me dijo que extrañaba sentir los rayos del sol en su cuerpo, me dijo que anhelaba comer la comida que más le gustaba, ir a la iglesia, ver la televisión, en fin, hacer muchas cosas que estando enferma no podía hacer.
Yo intentaba hacerla feliz los días que me tocaba visitarla, le contaba todo lo que había hecho en el trabajo, lo que había pasado en casa, hablaba y hablaba con ella por horas para intentar hacerla parte de la vida fuera de ese hospital, la peinaba, ¡Como le gustaba que lo hiciera!, le limpiaba sus uñas, trataba de hacerla sentir hermosa, acompañada, amada, pero, en sus ojos veía tristeza, añoranza del tiempo perdido y del tiempo que ella sentía llegaba a su fin. Me dolía su dolor y muchas veces abrace su cuerpo débil para que sintiera mi fuerza, no sabía que más hacerla para verla y hacerla feliz, cuantas veces pedí a Dios que yo estuviera en su lugar para no verla sufrir.
Sin embargo las cosas pasan como tienen que pasar, no de otra forma y ella se fue, por un momento, sentí alivio, no por mi, sino por ella porque su dolor era muy grande, alguna vez la vi llorando, se hacía la fuerte para que yo no me diera cuenta pero vi sus lagrimas derramarse en ambos ojos y me dí cuenta que ella quería que yo no sufriera. por eso cuando ella se fue, le dí gracias a Dios por librarla de ese dolor, ella se fue en paz, con su familia y con Dios, creo que ese tiempo en el hospital le dio la oportunidad de ponerse a cuentas, ya que cuando ella se fue, en su rostro se reflejaba mucha paz.
Cuando ella lloraba, mi corazón se partía en pedazos y cuando ella reía mi corazón rebosaba de alegría. Sé que muchos podrán decir que soy muy cursi pero, sé que ella es feliz en el cielo, porque ya no sufre, ahora solo sonríe.
¿Qué opinas de mi historia? ¿Te has sentido igual?
La felicidad de su mami fue su felicidad. Y ahora, desde el cielo ella vela por usted y debe esforzarse por ser feliz, porque donde quiera que ella este seguirá compartiendo esa felicidad con tanto amor como lo hizo cuando estaba viva. <3
ResponderBorrarAsí es Gaby:
ResponderBorrarDesde el cielo lo único que ella quiere es vernos felices a todos sus hijos, sé que nos cuida. Que gusto que me sigas leyendo, seguro me sigues en este blog, y espero sigas leyendo mis historias.
Espero verte pronto.
Te mando un abrazo muy fuerte y sabes que estoy para ti!!
Hola profesora! no se si el lunes este muy ocupada!? me gustaría mucho irla a visitar :)
ResponderBorrarHola mi Gaby linda:
ResponderBorrarEstamos en jornadas y no puedo salir :( de mis cursos, puede ser el siguiente lunes o a partir del jueves 31 de enero.
Linda noche y espero verte muy pronto.
Haber si el viernes de la semana que viene me doy una vuelta por allá!
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