Te digo adiós y acaso te quiero todavía...
Es muy difícil decir adiós a un ser querido, no necesariamente, una pareja, sino un amigo o amiga, un familiar, un compañero de trabajo. Este fin de semana experimente 2 tipos de despedidas, la primera de una persona que ha dejado de estar entre nosotros, que falleció, una mujer como muchas mujeres, trabajadoras, amorosas, cuidadosas de sus hijos, de sus nietos, una mujer tranquila, me dolió saber que no lo volvería a ver, que me quedaría con el recuerdo de los momentos que pasamos juntas, me dolió ver las lagrimas de sus seres queridos, de sus hijos, de sus nietos, saber que esa sería la última vez que vería ese rostro que muchas veces había compartido una bella sonrisa conmigo, que volvería a escuchar su voz, que disfrutaría su compañía.
La segunda me tuve que despedir de una familia amiga nuestra, una familia de grandes amigos personas con las que hemos compartidos momentos muy agradables, que en los momentos difíciles hemos recibido una palabra de aliento, que cuando hemos necesitados ayuda, han estado listos para ayudarnos, ellos se cambian de casa y saber que aunque este cambio es para bien de ellos, saber que ya no estarán a mi lado, me hizo estar muy triste, pero lo que más me dolió de esta despedida es que a mi familia también le dolió, ver sufrir y llorar a mis seres queridos partió mi corazón.
En ambos casos, me tuve que despedir de personas queridas para mi, se que el dolor es más grande por el cariño que le tenía tanto a esta mujer super valiosa como a la familia de amigos que tienen que partir, inevitablemente el dolor existe porque se van, me dejan, me hacen sentir sola, indefensa, triste, sé que tengo y saldré adelante, pero por el momento, me duele, en este momento, me duelen ambas despedidas. Me duele pensar que esos momentos tan lindos y valiosos que pase a su lado se quedarán solo en mi corazón, que los atesoraré el resto de mi vida en mi mente y mi corazón.
Que triste es decir adiós, decir adiós a personas amadas.
Linda noche corazones.
Es muy difícil decir adiós a un ser querido, no necesariamente, una pareja, sino un amigo o amiga, un familiar, un compañero de trabajo. Este fin de semana experimente 2 tipos de despedidas, la primera de una persona que ha dejado de estar entre nosotros, que falleció, una mujer como muchas mujeres, trabajadoras, amorosas, cuidadosas de sus hijos, de sus nietos, una mujer tranquila, me dolió saber que no lo volvería a ver, que me quedaría con el recuerdo de los momentos que pasamos juntas, me dolió ver las lagrimas de sus seres queridos, de sus hijos, de sus nietos, saber que esa sería la última vez que vería ese rostro que muchas veces había compartido una bella sonrisa conmigo, que volvería a escuchar su voz, que disfrutaría su compañía.
La segunda me tuve que despedir de una familia amiga nuestra, una familia de grandes amigos personas con las que hemos compartidos momentos muy agradables, que en los momentos difíciles hemos recibido una palabra de aliento, que cuando hemos necesitados ayuda, han estado listos para ayudarnos, ellos se cambian de casa y saber que aunque este cambio es para bien de ellos, saber que ya no estarán a mi lado, me hizo estar muy triste, pero lo que más me dolió de esta despedida es que a mi familia también le dolió, ver sufrir y llorar a mis seres queridos partió mi corazón.
En ambos casos, me tuve que despedir de personas queridas para mi, se que el dolor es más grande por el cariño que le tenía tanto a esta mujer super valiosa como a la familia de amigos que tienen que partir, inevitablemente el dolor existe porque se van, me dejan, me hacen sentir sola, indefensa, triste, sé que tengo y saldré adelante, pero por el momento, me duele, en este momento, me duelen ambas despedidas. Me duele pensar que esos momentos tan lindos y valiosos que pase a su lado se quedarán solo en mi corazón, que los atesoraré el resto de mi vida en mi mente y mi corazón.
Que triste es decir adiós, decir adiós a personas amadas.
Linda noche corazones.
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