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Te escribo a ti, porque no tengo a nadie más... Ya casi llega la noche y con ella, llegan tantos miedos y temores, llega la tristeza y el dolor, llega la incertidumbre de no saber que me depara el destino.  No me gusta oír las noticias, a veces ni siquiera las redes sociales, porque me entristecen las malas noticias, prendí la compu, y en las noticias vi varios rostros de chicas que han desaparecido, de algunas chicas que salieron de casa y no han vuelto, de niñas a las que subieron a autos y desde ese día sus madres ya no duermen.  Veo historias de gente que sale a trabajar y en el camino muere pero no muere de forma natural, muere porque otros bebieron y perdieron el control de sus vehículos, de gente que muere después de ser torturada, violada, de otros cuantos más que son asesinados después de que les quitaron sus pertenencias, que con tanto esfuerzo adquirieron.  Me duele ver a los animales sufrir, ayer vi un perro en pleno centro histórico encerrado en una jaul

Hace poco tiempo tuve la oportunidad de platicar con una mujer que desafortunadamente estaba pasando por una crisis matrimonial pero sobre todo personal. Ella me contó que hacía poco tiempo había descubierto que el hombre de su vida, su gran amor, el hombre  con quien ella decidió pasar el resto de su vida, el padre de sus hijos, la había engañado .  Ella me comentó con lágrimas en los ojos que meses atrás su hija había  descubierto que su padre estaba saliendo con una mujer de la misma colonia. La situación económica de la familia no iba bien, aunque el padre trabajaba como siempre el dinero dejo de rendir, no había para la comida o el pasaje de los hijos, a pesar de que el trabajo del papá le obligaba a salir continuamente de la cuidad, las pocas veces que estaba en casa salia mucho, aparentemente estaba buscando un nuevo y mejor trabajo.  El papá se empezó a interesar mucho en el uso de las tecnologías en crear cuentas en una y otra red social, y a estar al pendiente de