¡Cómo me dueles México! Siempre he pensado que los lugares no valen por si mismos sino por la gente que habita en ellos. Siempre he pensado, también, en lo hermoso que es mi México, sus cielos y mares azules, los distintos verdes del campo, los brillantes y variados colores de las flores, los diferentes tonos de cafés en cada montaña, los diversos sonidos de la naturaleza, el grillar de los pequeños grillos, el maullar de los gatos, el mugido de las vacas, el balar de los borregos, el cantar de las aves, el croar de las ranas. Sus hermosos climas, el sol brillante durante el día, la bella luna por noche, el frío invierno, la calurosa primavera, la refrescante lluvia, el bello otoño. Y que decir de los ricos frutos, que produce nuestra tierra, nuestra hermosa tierra, guayabas, naranjas, manzanas, peras, plátanos, fresas, limones, mandarinas. La infinidad de vegetales, que nuestra tierra nos regala, la papa, los nopales, los rábanos, le lechuga, el elote, la zanahoria, los cha...